Marqués
Domenico Caracciolo
En una carta
de mayo lo l ^^ ^ k escrito en la primera im-
presión de
la muerte, siempre, de hecho, durante algunos días
Ya
Garacciolo hizo hincapié en las consecuencias de este gran evento
ción, lo que
podría tener una influencia considerable sobre el destino
nacido de
l'Europe de la familia real y Bourbon
monarquía
francés; como lo fue, dijo, uno de los estados donde la
Constitución
* s no alteran, los cambios importantes
es decir
produfsaient * k Tavènement de un nuevo rey; es por eso que,
según él, se
esperaba ver en este país más grande
más potente
y más civilizado en el mundo de las nuevas máximas,
nuevas alianzas,
una nueva política, un nuevo ecosistema
economía
doméstica, etc.
Todo
dependía de un joven de diecinueve años de soberanía, que, de acuerdo
Garacciolo
era muy grosero y sin educación, por lo que hizo
decir no
experiencia y aún menos usual para la aplicación de
cualquier
trabajo. Luis XVI no era bastante; no sólo
su persona
carecía de prestigio, pero se puso enfermo y ma-
Nieres no
fueron pulidas; por contra, era fuerte y bien constituido
matado. Sin embargo,
a este respecto, parece que el reconocimiento Caracdolo
nacido
príncipe había cambiado para mejor, ya que, en su carta
de 26 de
junio 1772 la Corte de Versalles, el embajador tenía
escribió que
el Dauphin, que no era hombre guapo y no tenía nada
la
impresionante presencia de su abuelo, era pesado, prestado
sus modales,
salvaje y rústico hasta el punto, que habrían dicho
nacido y
criado en una madera ^^).
Este juicio
puede parecer duro; pero no es demasiado; en
este punto
Garacciolo está totalmente de acuerdo con todo lo con-
temporero
bien informado, y debemos tener aún más confianza
a su juicio,
que prestó plena justicia a las cualidades morales ^
el carácter
del joven rey. H dijo que era simple regla
y natural en
sus discursos y en sus acciones, enemigo de la mentira
y la
adulación, carente de vanidad y orgullo, por el resorte severa
principio
para él y el otro, un amigo de la justicia y la verdad, humana
mano y un
buen corazón, a pesar de la apariencia dura y espinosa.
Si Luis XVI
tenía la capacidad para los negocios
y la
voluntad de aplicarla y para someter a su tarea
estado, que
era una pregunta que sólo el tiempo podría per-
Someter a
votación.
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