Ver Louis Charles fue la cosa en el mundo que más deseaba. Con los ojos cerrados, las orejas pegadas a las juntas de partición, se estremeció con cada movimiento, cada paso. ¿Era él? pensó: No, no era su hijo, pero algunos municipal o cualquier empleado haciendo sus rondas y aniquilado, se cayó en el abismo de la desesperación.
Durante varios días, su hijo ya no apareció en la plataforma, aunque ella no se desanimó. Ella subió todos los días en este último, ansioso, esperando sin cesar.
Pero un día, por fin, al mirar por la rendija de la partición, el Dauphinpasó a su lado. Ella lo vio sin su sospecha de que estaba cerca de ella.Ella lo vio, incapaz de llorar estoy aquí! Ella vio pálido y enfermizo.Llevaba sobre su pequeño y encantador cabeza el gorro frigio horrible sobre sus huellas frente al sufrimiento y la persecución. Ella vio atormentado por Simon, que, de mal humor porque había aprendido la captura de Valenciennes por el Duque de York, maldiciendo y blasfemando, haciendo caer su ira sobre el querido hijo. El hecho de que no estaba muerto también! En lugar de ver una vida peor que la muerte, la revisión se marchitó, degradado, abandonada a los miserables que abusó de su cuerpo, que quería matar a su alma, verle en esta atmósfera de la impiedad, la blasfemia, juguetes la presa de tal demonio! Esta Simon!
En sus sueños más funerarios, en sus más terribles presagios, ella nunca habría pensado que ... Oh! Esa es la altura del dolor!
María Antonieta vio este hijo amado, lo vio y pudo precipitarse hacia él, sacudirlo contra su corazón, lo cubre de lágrimas y besos. Ella lo vio y no podía hablar con ella y tal vez ella nunca podría hablar con él.Nunca niño ya no escuchar los acentos de su voz, la voz de su protector, su madre. Una madre que lo consoló cuando estaba enfermo, cuando sufrió, cuando clamó. La revisión y, en tal estado de humillación y la miseria! No ser capaz de defenderse de estos monstruos, romper sus tigres, estos corruptores, éstos infame!
En la plataforma de la torre del templo, en este momento si así lo desea y tan cruel cuando vio a su hijo, se dobla, se echó a llorar antes de caer, roto, desesperado, cautivo en su cámara. Miró el lugar donde una vez estuvo la cama de su hijo, donde dio sus lecciones, que le hizo decir sus oraciones. Todos estos recuerdos invadieron su alma y se preguntó lo que había hecho para que accablât Providencia bajo el peso insoportable de tanta desolación!
Sus presentimientos no engañan. Ella sabía que estaba sufriendo. Sería lamentable cien millas de ella que su corazón le decía.
Durante dos días, María Antonieta estaba sufriendo, ella se removió, se echó a temblar; Es las lágrimas que su pobre hijo difusión lejos de ella, sintió caer sobre su corazón. Ella tenía ningún interés en nada;Dios se había retirado de ella; se atrevió a rezar ...
Quedaba aún, ¿qué hay de él, su hija y su hermana incomparable. Pero por cuánto tiempo? No sabía ...
No hay comentarios:
Publicar un comentario